En una acción directa atribuida al Comando Sur de Estados Unidos, fuerzas militares interceptaron un sexto buque en el Caribe, asociado al narcotráfico. La operación, señalada como parte de las políticas de combate al tráfico de drogas durante la administración de Donald Trump, busca fortalecer la seguridad en la región y cortar las vías de suministro de sustancias ilegales a Norteamérica. Estos esfuerzos se centran en el uso de inteligencia y tecnología avanzada para identificar y detener embarcaciones sospechosas en aguas internacionales.
Este incidente se inscribe en una serie de operaciones que han intensificado la presión sobre las redes de narcotráfico en el Caribe, un corredor crucial para las actividades ilícitas. Las autoridades estadounidenses destacan la importancia de estas acciones conjuntas con naciones aliadas para desmantelar las estructuras delictivas y reducir el flujo de drogas hacia el territorio estadounidense. La estrategia también incluye colaborar en el fortalecimiento de las capacidades locales para una respuesta más efectiva contra el crimen organizado en la región.
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