La participación de Israel en Eurovisión sigue siendo un tema controversial, ahora avivado por la elección de Yuval Raphael, una superviviente del ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, como representante para el próximo certamen en Basilea, Suiza. La joven, que sobrevivió a un ataque en el que murieron 29 personas, ha declarado que la música es crucial en su proceso de sanación ante el público del programa HaKokhav HaBa, la versión israelí del Benidorm Fest. Su historia, sin embargo, ha colocado nuevamente en una posición incómoda a la Unión Europea de Radiodifusión (UER), que organiza el festival musical y mantiene que Eurovisión es apolítico, generando tensiones por la implicación de contextos de conflicto armado en la narrativa eurovisiva.
La historia de Raphael es solo la más reciente de una serie de controversias en torno a la participación israelí en Eurovisión, las cuales se intensificaron en 2024 durante el festival en Malmö, Suecia. En esa ocasión, múltiples manifestaciones exigieron el fin del conflicto armado y criticaron la presunta doble vara de medir de la UER respecto a la prohibición de Rusia. Las acciones durante el certamen incluyeron restringir la entrada de banderas palestinas y europeas, lo que suscitó críticas adicionales. Asimismo, la edición anterior vio cómo Israel se vio obligado a modificar la letra de su canción por contenido político. Para 2025, aún está por verse la canción con la que Raphael competirá, lo que mantiene las expectativas y posibles reacciones en alto.
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