Un día después del apagón que afectó a Ponzano, conocida por ser una de las arterias gastronómicas más vibrantes de la capital, la zona se esfuerza por recuperar su actividad habitual. Los restaurantes, acostumbrados al bullicio constante de comensales, se vieron obligados a improvisar y ajustar sus menús, destacando las comidas frías como protagonistas inesperadas de la jornada. A pesar de los contratiempos, los dueños de los establecimientos mostraron un ánimo resiliente, decididos a transformar la adversidad en una experiencia distinta para sus clientes.
En este contexto de incertidumbre eléctrica, la avenida se llenó de un ambiente casi festivo, con vecinos y turistas disfrutando de una oferta gastronómica adaptada a las circunstancias. La falta de electricidad no detuvo el entusiasmo de quienes visitaron la zona, disfrutando de platillos improvisados bajo la luz natural. La situación subrayó la capacidad de adaptación de la comunidad y destacó la importancia de la creatividad en momentos de crisis, mientras los restauradores esperan ansiosos la restauración total de la normalidad.
Leer noticia completa en El Mundo.