Desde su inauguración a finales de 2016, una innovadora iniciativa ha venido transformando el manejo de la coagulación sanguínea en los pacientes del Hospital Príncipe de Asturias, ubicado en la Comunidad de Madrid. A día de hoy, 132 pacientes son parte de un programa que les permite revisar y ajustar sus niveles de coagulación desde la comodidad de sus hogares, sin tener que asistir regularmente a consultas hospitalarias. El objetivo claro: otorgar a los pacientes un control total sobre su tratamiento, promoviendo así su independencia y mejorando su calidad de vida.
Bajo el nombre de Programa TAO, este enfoque personalizado capacita a los pacientes para medir y analizar sus niveles de coagulación por sí mismos. Utilizando una aplicación móvil de fácil acceso, los participantes introducen sus datos regularmente, simplificando así el seguimiento de su enfermedad. Sin embargo, esta autonomía no implica una desvinculación completa del sistema sanitario, ya que los datos generados son monitoreados minuciosamente por el equipo de la consulta de anticoagulación oral del hospital, asegurándose de que cada paciente reciba la atención necesaria de forma continua.
El Hospital Príncipe de Asturias se tornou pionero en implementar este programa en la región, gracias al esfuerzo del dedicado equipo de enfermería de Banco de Sangre y la guía experta de la Dra. Isabel Gutiérrez, del Servicio de Hematología. Hasta el momento, solo otros dos hospitales en la Comunidad de Madrid han seguido sus pasos, adoptando esta estrategia que beneficia, particularmente, a pacientes jóvenes en edad laboral al permitirles continuar sus vidas sin la constante interrupción de visitas médicas.
El programa está especialmente indicado para pacientes que requieren anticoagulantes orales pero no pueden optar por tratamientos más modernos, como aquellos con prótesis mecánicas o síndrome antifosfolípido. Los resultados han sido contundentes: los pacientes bajo esta modalidad de autocontrol mantienen sus niveles de coagulación en el rango terapéutico adecuado durante casi un 15% más de tiempo que aquellos que siguen un seguimiento convencional.
El proceso formativo es exhaustivo. Comienza con un curso inicial de dos a tres días, seguido de una sesión de refuerzo una semana después, y continuas revisiones que van aumentando en términos de intervalo temporal, asegurando que los pacientes adquieran la competencia necesaria para gestionar de forma independiente sus valores de coagulación.
El éxito de esta iniciativa ha motivado al hospital a emprender un estudio que investigará el impacto en la calidad de vida para quienes participan en el programa TAO. Mientras tanto, este tipo de modelo de autocontrol se perfila como un ejemplo de cómo la innovación y el enfoque paciente-céntrico pueden transformar el panorama de la atención médica, mejorando no solo el cuidado de los pacientes, sino también su día a día.