El sur de China se prepara para enfrentarse a una de las tormentas más potentes de los últimos años. Vientos de hasta 265 kilómetros por hora han forzado la evacuación inmediata de al menos 10,000 personas, mientras las autoridades han anunciado planes para evacuar a más de 400,000 ciudadanos de las zonas más afectadas. La medida busca proteger a miles de vidas ante la inminente llegada del fenómeno meteorológico que amenaza con causar estragos en la región. Las fuerzas de emergencia trabajan contrarreloj, habilitando refugios temporales y garantizando el suministro de alimentos y medicinas.
El gobierno chino ha desplegado un operativo de emergencia a gran escala, que incluye la movilización de efectivos militares y la coordinación con diversas agencias de seguridad. Las escuelas y oficinas en las áreas vulnerables permanecerán cerradas hasta nuevo aviso, mientras los residentes son instruidos a seguir las directrices de seguridad emitidas por las autoridades. Los servicios meteorológicos han advertido que el impacto de la tormenta podría sentirse en varios sectores, desde la infraestructura hasta la agricultura, subrayando la urgencia de las evacuaciones masivas para minimizar el daño humano y económico.
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