El hombre de acero regresa a la gran pantalla con una nueva versión dirigida por James Gunn y protagonizada por David Corenswet, quien sigue los pasos de Christopher Reeve en el icónico papel de Superman. Desde sus inicios en 1938 en «Action Comics», Superman ha sido una constante en la cultura popular, un símbolo de esperanza y bondad que desafía las adversidades del mundo. La representación de Corenswet busca revivir esa esencia de optimismo, reflejando la confianza en la humanidad que caracterizó a su predecesor. Este enfoque resuena con la visión de Gunn, quien intenta rescatar el valor de la bondad humana en tiempos actuales.
La presencia de Superman ha sido una constante en diversos medios, desde los seriales radiofónicos hasta las pantallas de televisión y cine. George Reeves dejó su huella en los años cincuenta, mientras que actores como Kirk Alyn y Brandon Routh también han llevado el manto en diferentes épocas. En televisión, series como «Smallville» y «Lois & Clark» exploraron su mitología, mantenido al personaje en el corazón del público. Con el estreno de la película de Gunn, la figura del superhéroe renueva su relevancia, provocando reacciones diversas, como las críticas de Dean Cain y sectores conservadores que ven en la nueva interpretación un giro hacia lo «woke», tema que Gunn aborda con la idea de que la bondad sigue siendo un acto subversivo y esencial en la sociedad actual.
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