Paula Vázquez, reconocida presentadora gallega, ha compartido detalles íntimos sobre la fase más desafiante de su carrera televisiva, la cual coincide curiosamente con su periodo de mayor éxito profesional. Durante su participación en el pódcast «Estirando el chicle», conducido por Victoria Martín y Carolina Iglesias, Vázquez habló sobre el intenso sacrificio que vivió entre los 17 y los 30 años, cuando su vida personal quedó en un segundo plano ante un vertiginoso ritmo de trabajo. La presentadora, actualmente con 50 años y lista para encabezar una nueva edición de «Bake Off: Famosos al horno» en TVE, reflexionó sobre esa etapa en la que apenas se permitía disfrutar de su juventud, cumpliendo con una agenda tan absorbente que una vez llegó a programar momentos para llorar. En sus declaraciones, remarcó cómo los estereotipos ultrasexualizados imponían una presión añadida, un problema que, lamentablemente, subsiste en la actualidad.
La carga emocional de aquellas experiencias culminó en un diagnóstico de «depresión grotesca», según Vázquez. Describió un momento de su vida en el que los síntomas físicos de su estrés, como la pérdida significativa de cabello, reflejaron el deterioro de su salud mental. A pesar de mantener una imagen pública de éxito y entusiasmo, Vázquez confesó que muchas veces se sentía al borde del colapso, llegando incluso a temer que su sufrimiento pasaba desapercibido para los demás. Vivía en una paradójica dicotomía entre la exitosa figura pública y una existencia personal llena de angustia silenciosa, algo que ahora, con el paso de los años, considera importante visibilizar para otras personas que puedan sentirse atrapadas en situaciones similares.
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