La Universidad de Chile espera la decisión de la Conmebol tras los violentos incidentes en Avellaneda, donde sus hinchas suspendieron el partido y fueron agredidos por fanáticos de Independiente. En un ambiente tenso, el equipo se enfrenta al desafío de disputar el Superclásico chileno contra Colo Colo, cuyo partido anterior con Fortaleza resultó en la muerte de dos jóvenes hinchas debido a la intervención policial. Las sanciones aplicadas por la Conmebol obligan a Colo Colo a jugar sin público en sus próximos encuentros internacionales. En Chile, estos encuentros representan un gran esfuerzo organizativo para evitar confrontaciones violentas, lo que ha llevado a medidas como prohibir la asistencia de hinchas visitantes y reducir los aforos.
La Supercopa, que enfrenta a Colo Colo y la Universidad de Chile, sigue siendo un rompecabezas organizativo. La propuesta de jugar en estadios provinciales fue rechazada, y la idea de permitir solo mujeres y niños también fue desestimada. Se considera ahora permitir acceso solo a mayores de 55 años, con medidas policiales especiales y un aforo reducido. Esta última opción podría basarse en la presunción de que este grupo demográfico es menos propenso a la violencia. Si esta alternativa no prospera, podría contemplarse la realización del partido en el extranjero o incluso cancelarlo, dejando a ambos equipos como vencedores, evidencia del desafío que supone organizar un evento de alto riesgo en el fútbol chileno.
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