Diego Simeone, entrenador del Atlético de Madrid, se presentó ante los medios con un sentimiento de frustración mezclado con orgullo después del empate de su equipo frente al Celta. El partido, marcado por la expulsión de Barrios y un penalti transformado por Aspas a favor de los gallegos, dejó a los rojiblancos en inferioridad numérica y alteró completamente la estrategia que había sido preparada. A pesar de este contratiempo, el Atlético logró rescatar un punto gracias a un gol de Sorloth, lo que impidió que el club perdiera terreno en la competición respecto al Real Madrid. Este empate, combinado con el resultado similar de los madridistas contra Osasuna, mantiene la competencia cerrada en la parte superior de la tabla, con el Barcelona acechando a solo un triunfo del liderato.
Simeone resaltó la resiliencia de su equipo al jugar casi todo el partido con diez jugadores, describiendo su actuación como un ejemplo de dureza y resistencia. La expulsión de Barrios, que se suma a otra similar sufrida en la Champions League contra el Leverkusen, fue un punto de reflexión para el técnico, quien prefirió no profundizar en la reincidencia del canterano. Por otro lado, el entrenador argentino destacó la evolución del arbitraje en el fútbol moderno, reflexionando sobre el penalti otorgado al Celta que, en su opinión, refleja un cambio en el criterio ante las infracciones. Simeone concluyó subrayando el enfoque partido a partido de su equipo y mostrando confianza en que el arduo esfuerzo de sus jugadores tendrá un valor significativo en el transcurso de la temporada.
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