La ciudad de Madrid se prepara para un evento singular que conectará el pasado perdido con un futuro lleno de posibilidades. Durante tres días consecutivos, del 7 al 9 de julio, la Oficina de Objetos Perdidos del Ayuntamiento de Madrid abrirá sus puertas para una subasta presencial de joyas, relojes y bisutería. Esta iniciativa busca ofrecer una segunda oportunidad a casi 3.600 piezas que han permanecido en el olvido, promoviendo su reutilización y generando ingresos para el presupuesto municipal.
El evento se llevará a cabo en la calle Nicolás Morales de Carabanchel, con un horario que abarca desde las 10:00 hasta las 17:00 horas. Quienes deseen participar deben inscribirse en la plataforma online de Surus Inversa, gestora del evento, donde también se ofrece la posibilidad de examinar cada lote y realizar pujas virtuales hasta el 17 de julio.
Los objetos se han organizado en 82 lotes, clasificados principalmente por material. Los precios de salida varían notablemente: desde un modesto lote de bisutería por 4 euros hasta un impresionante conjunto de oro valorado en 2.974 euros. El total recaudado se destinará a la Tesorería Municipal.
La subasta promete sorpresas para coleccionistas y aficionados a la relojería. Relojes de lujo, como ejemplares de Omega y TAG Heuer, tienen precios iniciales de 75 euros, mientras que un codiciado reloj Fendi de oro inicia en 400 euros. Las joyas de oro incluyen una pulsera de 18 kilates por 264 euros y una cadena por 195 euros. En el ámbito de la plata, se presentan 18 lotes, con precios que oscilan desde 7 euros hasta 791 euros por un lote de 71 cadenas con colgante.
Las perlas también hacen acto de presencia, destacando un collar con cierre de plata a partir de 110 euros y un conjunto de 21 piezas por 201 euros. Todo el proceso, desde la tasación hasta el fotografiado, ha sido gestionado por Surus Inversa, garantizando transparencia y calidad.
Es notable que en 2024, la Oficina de Objetos Perdidos de Madrid recibió un total de 77.800 objetos, en su mayoría provenientes del aeropuerto. Si tras dos años los objetos no son reclamados, el ayuntamiento toma posesión para encontrarles una nueva utilidad o, como en este caso, llevarlos a subasta si se encuentran en buen estado.
Este evento no solo facilita la reutilización de objetos valiosos, sino que también convierte lo que en un momento fue perdido en una oportunidad de renovación económica para la ciudad.