El gigante de la distribución digital de videojuegos, Steam, ha eliminado el controvertido videojuego «No Mercy» de su catálogo, tras recibir una avalancha de críticas y denuncias debido a su contenido explícito de violencia sexual, violación e incesto. Desarrollado como un simulador que promueve el abuso sexual, el juego permitía a los jugadores asumir el rol de un personaje descrito como «la peor pesadilla de las mujeres». La retirada del juego comenzó en el Reino Unido y se extendió rápidamente a otros países como Australia y Canadá. En España, aunque parte de la información del juego aún es visible, la plataforma ha dejado claro que «No Mercy» ya no está disponible para compra. Hasta el momento, Valve, la empresa detrás de Steam, no ha emitido un comunicado oficial explicando su decisión.
El escándalo ha encendido el debate sobre la responsabilidad de las plataformas digitales y la necesidad de establecer regulaciones más estrictas para prevenir la proliferación de contenido dañino. Yvette Cooper, ministra del Interior británica, describió el videojuego como «repugnante» y contrario a las leyes locales, resaltando la urgencia de implementar la nueva Ley de Seguridad en Línea para reforzar el control sobre los contenidos en las plataformas tecnológicas. Activistas como Farah Naz han advertido sobre el peligro de normalizar la misoginia a través de contenidos digitales, alertando que estas representaciones pueden tener repercusiones gravemente negativas en la realidad. En Europa y otros países, el tema de la violencia sexual y su vínculo con los entornos digitales continúa siendo un punto central de preocupación, instando a las autoridades y empresas tecnológicas a tomar medidas más contundentes para proteger a los usuarios, especialmente a los más vulnerables.
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