En el inicio del nuevo curso político en el Reino Unido, el primer ministro Keir Starmer ha realizado significativos cambios en la estructura gubernamental, aunque la mayoría de los ministros clave permanecen en sus puestos. La reincorporación de Darren Jones como secretario jefe en Downing Street apunta a reforzar la dirección y comunicación del Gobierno, que enfrenta desafíos significativos tras un año en el poder. Este nuevo cargo había existido tradicionalmente en el Ministerio de Economía, lo que subraya la intención de Starmer de centralizar y fortalecer la coordinación del mensaje político, especialmente ante la presión del partido Reform UK de Nigel Farage. La designación de Jones, un laborista firme, refleja el intento de contrarrestar las crecientes tendencias nacionalistas y xenófobas promovidas por la ultraderecha británica, mientras sostiene una política económica ortodoxa liderada por la ministra Rachel Reeves.
Simultáneamente, Starmer ha nombrado a Tim Allan, una figura prominente del Nuevo Laborismo de Tony Blair, como el nuevo responsable de comunicación de Downing Street, sustituyendo a James Lyons. Allan, conocido por su experiencia y habilidad en el manejo de medios, tendrá la tarea de confrontar el dominio mediático que ha logrado Farage en torno a temas de inmigración y crisis de asilo. Además, el nombramiento de Minouche Safik como asesora económica principal refleja la búsqueda de Starmer por inyectar confianza y estabilidad económica en su administración, lo que ha sido interpretado por la oposición como una crítica a Reeves. Estos ajustes parecen ser parte de una estrategia urgente para elevar la popularidad del Partido Laborista, que actualmente se encuentra rezagado en las encuestas respecto al partido de Farage. Starmer busca mostrar resultados tangibles al público en un esfuerzo por consolidar su posición y evitar el colapso de su liderazgo.
Leer noticia completa en El Pais.