En un contexto de tensiones geopolíticas renovadas, el primer ministro británico, Keir Starmer, ha anunciado su compromiso de enviar tropas a Ucrania como parte de un esfuerzo más amplio para asegurar la paz en la región. Este movimiento marca a Starmer como el primer líder del gobierno en hacer semejante oferta, subrayando su intención de posicionar al Reino Unido como un actor clave en la respuesta europea a la administración Trump. El anuncio es parte de una estrategia para estrechar la cooperación en seguridad y defensa con la Unión Europea, una relación que Starmer ha priorizado desde su llegada al poder, buscando superar la desconfianza causada por el Brexit. En un artículo publicado en el diario Daily Telegraph, Starmer destacó la importancia de garantizar la seguridad colectiva de Europa y reafirmó su compromiso de destinar 3.600 millones de euros anuales a Ucrania hasta 2030.
Mientras tanto, Starmer se preparar para asistir a una reunión de urgencia en París convocada por Emmanuel Macron y tiene programada una visita a Washington para finales de febrero, donde se reunirá con el presidente Donald Trump. En sus declaraciones, Starmer enfatiza la necesidad de mantener una colaboración estrecha con Estados Unidos, destacando el papel crucial que este país tiene para asegurar una paz duradera en Ucrania. A pesar de las críticas previas de Trump hacia el Reino Unido, el presidente estadounidense ha mostrado señales de una relación más fluida con Starmer, elogiándolo personalmente. En el ámbito doméstico, Starmer enfrenta desafíos internos sobre el presupuesto de defensa, haciendo valer su autoridad para elevarlo al 2.5%, a pesar de las reservas de su ministra de Economía, Rachel Reeves. Todo esto mientras busca mantener un equilibrio diplomático entre Washington y Bruselas, un enfoque que diferencia su liderazgo del de predecesores como Boris Johnson o Liz Truss.
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