Hace semanas que el famoso fotógrafo neoyorquino Spencer Tunick convocó a más de 2,000 personas para una sesión fotográfica en un olivar de Granada, reuniendo finalmente a alrededor de 1,000 voluntarios. Los participantes, provenientes de diversas nacionalidades, se presentaron la mañana de un sábado de septiembre con una motivación común: vivir una experiencia única. Entre los participantes se encontraban personas como Josefina Fernández de Almería, quien buscaba explorar su confort frente a tantos extraños, y otros que simplemente querían ser parte de una obra de arte visual. La sesión, encargada por una empresa cervecera, culminó en la creación de “Retrato Alhambra 1925”, donde los voluntarios, pintados de verde, se integraron al paisaje en poses cuidadosamente orquestadas por Tunick.
La jornada fotográfica comenzó temprano, con los participantes pintándose el cuerpo con una pintura ajustada a la ocasión. Tunick, quien inició su carrera en 1992 con sesiones más clandestinas en Nueva York, ha visto crecer su fama, evolucionando su técnica y abordando grandes proyectos de arte desnudo alrededor del mundo. En Granada, dio instrucciones precisas desde un punto elevado, mientras organizaba a los modelos en el olivar cuyo atractivo geométrico fue lo que inicialmente inspiró al autor. Aunque el calor causó pequeñas complicaciones, la sesión avanzó según lo planeado, dejando a Tunick satisfecho con su capacidad para capturar la fotografía que refleje mejor la interacción entre los elementos humanos y naturales en este proyecto artístico.
Leer noticia completa en El Pais.