El megacohete Starship de SpaceX logró un exitoso décimo lanzamiento de prueba desde Texas, tras tres intentos fallidos. Despegó a las 18:30 hora local, y aproximadamente una hora después, la parte superior de la nave amerizó sin problemas en el océano Índico. Este lanzamiento representa un avance significativo para la compañía de Elon Musk, que busca reutilizar tanto el propulsor Super Heavy como la nave Starship en futuras misiones, con el objetivo de reducir costos para sus ambiciosos planes de regresar a la Luna y llegar a Marte. Tras aplazamientos por problemas técnicos y meteorológicos, la separación del propulsor ocurrió de manera controlada sobre el Golfo de México.
SpaceX superó con éxito varios hitos durante la misión, algo que fue recibido con vítores en su transmisión en directo. A diferencia de intentos anteriores, donde la nave se perdió por fugas de combustible, en esta prueba la compañía pudo simular el despliegue de satélites, probar un portón lateral y reencender un motor en vuelo. Estos logros marcan un avance crucial después de modificaciones realizadas tras el fracaso en el noveno vuelo. Starship alcanzó el espacio, iniciando su reentrada en la atmósfera y culminando su recorrido en el océano Índico, demostrando el potencial de reutilización y resistencia de la nave.
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