La histórica discoteca de Madrid ha implementado una serie de medidas innovadoras para combatir las persistentes prácticas de desigualdad y actitudes machistas en el entorno nocturno. Entre las iniciativas destacadas se encuentra la eliminación de políticas de entrada que favorecían a ciertos géneros, promoviendo así una cultura de inclusión y respeto. Además, se han instalado cámaras de seguridad adicionales y se han incrementado los controles de seguridad para prevenir situaciones de acoso y violencia de género, demostrando un compromiso serio con la seguridad y bienestar de todos los asistentes.
Estas acciones se enmarcan dentro de una creciente tendencia en la industria del ocio nocturno por abordar y rectificar actitudes discriminatorias. La discoteca no solo busca mejorar la experiencia de los clientes, sino también establecer un precedente en la responsabilidad social corporativa. Los responsables del establecimiento han indicado que estas medidas son solo el comienzo de una serie de cambios destinados a transformar la percepción y las prácticas dentro del mundo de la noche, un sector frecuentemente criticado por su indulgencia hacia comportamientos inaceptables.
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