España ha experimentado un robusto crecimiento económico durante el segundo trimestre de 2025, impulsado principalmente por el aumento en las exportaciones y la inversión empresarial. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, el Producto Interior Bruto (PIB) nacional creció un 0,9% respecto al trimestre anterior, superando las expectativas de los analistas. Este avance se atribuye en gran medida a la recuperación del sector turístico y al fortalecimiento del comercio internacional, donde España ha logrado ampliar su presencia en mercados asiáticos y latinoamericanos.
Pese a estos signos positivos, el mercado laboral continúa enfrentando desafíos significativos, con una tasa de desempleo que se mantiene en el 12%. El Gobierno ha destacado la necesidad de implementar reformas estructurales para fomentar la creación de empleo de calidad, especialmente entre los jóvenes y las mujeres. Además, los expertos advierten sobre el riesgo de una desaceleración económica global que podría afectar el ritmo de crecimiento en los próximos meses. Sin embargo, las perspectivas para el cierre del año siguen siendo optimistas, con un crecimiento acumulado proyectado del 3,2%, lo que consolidaría a España como una de las economías más dinámicas de la zona euro.
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