La inesperada fumata blanca sorprendió a miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro, transformando la habitual espera en un estallido de emoción. Eran las 18.08 cuando el humo blanco surgió de la chimenea sobre la Capilla Sixtina, desatando aplausos y celebraciones entre las 50,000 personas reunidas. Las imágenes en pantallas gigantes y el sonido de las campanas reforzaron el ambiente de júbilo, mientras el papa León XIV, de origen estadounidense, se preparaba para ser anunciado. Familias de diversas nacionalidades capturaban el momento y periodistas entrevistaban a los presentes, creando un mosaico multicultural en el corazón del Vaticano.
En medio de la emoción, el cardenal protodiácono Dominique Mamberti proclamó «Habemus Papam», desvelando al mundo la identidad del nuevo Pontífice. León XIV, que ha despertado interés por su paso previo en Perú, habló de paz e inclusión en su primer discurso. El aplauso fue unánime, especialmente cuando recordó al papa Francisco y llamó a rezar por el futuro de la Iglesia. Con el final del acto, la multitud comenzó a disiparse, dejando atrás un evento que unió a fieles de todas partes en un momento histórico para el catolicismo.
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