En un movimiento que ha captado la atención de la industria tecnológica mundial, Amazon Web Services (AWS) ha anunciado el lanzamiento de su «AWS European Sovereign Cloud», un servicio de nube soberana supuestamente diseñado específicamente para Europa. Esta iniciativa promete ser operada exclusivamente por ciudadanos de la Unión Europea (UE), desde infraestructuras ubicadas dentro del territorio comunitario y bajo su jurisdicción legal. El objetivo es proporcionar una plataforma completamente independiente y segura para sectores públicos y regulados que busquen máxima protección de datos.
La inversión prevista para este ambicioso proyecto asciende a 7.800 millones de euros hasta 2040, con un lanzamiento planeado para finales de 2025. Sin embargo, el anuncio ha suscitado escepticismo respecto a si una empresa estadounidense puede realmente ofrecer verdadera soberanía digital en tierras europeas.
La definición de soberanía digital implica el control absoluto sobre datos y sistemas por parte de un país o región, sin injerencias externas. En este sentido, a pesar de las promesas de AWS, persisten las dudas sobre la dependencia de una matriz estadounidense. La empresa sigue estando sujeta a legislaciones como el Cloud Act de 2018, que permite al gobierno de EE.UU. acceder a datos almacenados por compañías estadounidenses, sin importar la ubicación geográfica de los servidores.
AWS asegura que su nuevo servicio será operado por personal 100% europeo, con infraestructura localizada en la UE y soporte técnico exclusivo por ciudadanos de esta región. Sin embargo, el control legal último sigue residiendo en EE.UU., lo que plantea interrogantes sobre la verdadera independencia del proyecto.
Mientras la UE promueve la autonomía digital y algunos gobiernos exigen que los datos estratégicos se gestionen desde infraestructuras bajo control europeo, el anuncio de AWS parece ser una respuesta a esta demanda creciente. Aun así, empresas locales como OVHcloud, T-Systems y Stackscale, entre otras, ofrecen soluciones completamente soberanas, con capital, infraestructura y gobernanza europeos.
La propuesta de AWS también se interpreta como un intento de capturar el mercado institucional europeo, tradicionalmente cauteloso respecto a plataformas extranjeras para servicios críticos. Al combinar la promesa de innovación con supuesta soberanía, AWS busca adaptarse al marco regulatorio europeo y continuar expandiendo su influencia.
No obstante, el escepticismo persiste. Los críticos advierten sobre el riesgo de crear una falsa percepción de independencia y reclaman mayor transparencia en la gobernanza del proyecto. La soberanía digital no solo exige buenas intenciones; requiere control total y operativo, un desafío considerable para una empresa que sigue ligada a las leyes estadounidenses.
En conclusión, aunque la propuesta de AWS representa un paso hacia la localización de servicios cloud, la soberanía digital auténtica y efectiva necesita más que designaciones legales y aspectos técnicos. Exige un control total, tanto legal como operativo, que hasta ahora, el marco legislativo estadounidense dificulta asegurar plenamente.
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