El gobierno ha anunciado que desplegará efectivos militares para colaborar con las fuerzas policiales en el desalojo de la carretera que conecta Oruro con Cochabamba. Esta operación busca restablecer el flujo vehicular y garantizar la seguridad en una vía crucial que ha sido obstaculizada por manifestantes. La decisión se produce después de que las protestas en la región bloquearan el tránsito, afectando tanto a transportistas como a la economía local y nacional.
Las autoridades han destacado que se busca una solución pacífica y han instado a los manifestantes a dialogar y liberar la vía de manera voluntaria. Sin embargo, la presencia militar refleja la seriedad con la que el gobierno está abordando la situación, indicando que no se permitirá la interrupción prolongada del tráfico en esta importante arteria de comunicación. El desalojo está siendo supervisado para garantizar que se respete el orden público y se minimicen posibles enfrentamientos.
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