Durante un caluroso mediodía en Nueva York, Jannik Sinner, número uno del mundo, disputó su encuentro en Flushing Meadows sin pena ni gloria ante la mirada indiferente del público. A pesar de un discreto juego que resultó en una victoria 2-6, 6-2, 6-1 y 6-2 sobre Mackenzie McDonald, la atención se centró en la reciente controversia del italiano al dar positivo por clostebol, aunque se determinó que su uso fue involuntario. Sinner se mostró satisfecho con el apoyo del público, aunque la atmósfera en torno a él siguió siendo tensa. En una conferencia posterior, detalló que la sustancia provenía de un spray usado por su ex fisioterapeuta y expresó alivio por seguir compitiendo. Con expectativas moderadas, el italiano se prepara para su próximo enfrentamiento, mientras la organización gestiona su comunicación para disminuir la presión mediática.
Leer noticia completa en El Pais.