La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha aprobado la opa hostil de BBVA sobre Banco Sabadell, aunque la decisión final recae ahora en el Gobierno central. Coincidiendo con el Día del Trabajo, esta operación ha suscitado la oposición de sindicatos como CC OO y UGT, así como de partidos como Esquerra Republicana (ERC) y los Comunes en Barcelona, quienes temen que la fusión refuerce el oligopolio financiero y provoque hasta 5,000 despidos. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha manifestado su preocupación por el impacto negativo sobre el empleo y el fortalecimiento del riesgo sistémico, instando al Gobierno a bloquear la operación. Por su parte, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y el líder de ERC, Oriol Junqueras, han enfatizado la necesidad de mantener un sistema financiero diverso que no margine al acceso al crédito de pequeños empresarios.
Los socialistas catalanes, mientras tanto, se muestran cautos y enfocados en proteger los intereses regionales. Salvador Illa, presidente catalán, aboga por una evaluación rigurosa del informe de la CNMC. En el ámbito local, la Autoridad Catalana de la Competencia (ACCO) ha señalado que la adquisición podría reducir la competencia debido al control sustancial del mercado bancario español por parte de BBVA, sumando una participación del 34.8%. Los retos identificados incluyen posibles conflictos en las condiciones comerciales para pymes y consumidores, problemas de acceso a servicios financieros en zonas rurales y deterioro de condiciones en medios de pago. El Gobierno tiene ahora un plazo de 30 días para dar su veredicto final, con la posibilidad de exigir condiciones adicionales.
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