Stéfanos Tsitsipas ha iniciado un nuevo capítulo en su carrera profesional al despedir a su entrenador Goran Ivanisevic y regresar a la dirección de su padre. Esta decisión generó controversia, especialmente después de que Ivanisevic emitiera comentarios sobre la falta de compromiso del tenista griego. En declaraciones públicas, el croata expresó que su ruptura se realizó sin rencores y que, a su juicio, su padre es la única persona capaz de entrenarlo efectivamente, resaltando que durante su carrera, Tsitsipas brilló más bajo su tutela familiar.
Ivanisevic continuó defendiendo su postura, afirmando que Tsitsipas necesita realizar ajustes importantes en su mentalidad para alcanzar su máximo potencial. A pesar de la separación, el exentrenador deseó lo mejor al jugador, reconociendo su talento y capacidad en la cancha. La situación ha puesto de relieve las tensiones que pueden existir en el mundo del tenis, donde la salud emocional y mental del atleta es fundamental para el éxito. Ivanisevic concluyó que, si Tsitsipas no se encuentra preparado en estos aspectos, se perdería en la competencia de alto nivel.
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