Fernando Alonso concluyó el Gran Premio de Austria en séptima posición tras una intensa carrera en la que mantuvo a raya a su pupilo Gabriel Bortoleto, quien se acercó a él en las últimas vueltas. Con maniobras audaces y una hábil gestión de las banderas azules, el bicampeón del mundo logró retener la posición. A pesar de no tener el ritmo deseado, Alonso reflexionó sobre su desempeño, comparando su situación con un ciclista que se queda atrás en un grupo, y se mostró satisfecho con los seis puntos obtenidos, que consideró valiosos tras un fin de semana complicado.
La estrategia de Alonso se benefició de la intervención de Lando Norris, cuya victoria fue instrumental para impedir que Bortoleto lo superara. En tono de broma, Alonso agradeció al piloto británico por la ayuda que le brindó en los momentos finales de la carrera. Además, destacó la notable mejora del equipo Sauber, que mostró un rendimiento superior al de temporadas anteriores, augurando un futuro prometedor para Bortoleto en sus siguientes competencias. Posterior a la carrera, Alonso fue el primero en felicitar a su aprendiz, quien logró sus primeros puntos en la Fórmula 1.
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