En un giro inesperado durante el partido de la Champions League, el equipo rojiblanco vivió una montaña rusa de emociones en solo diez minutos. El ansiado empate, que dio esperanza al equipo y a sus seguidores, fue rápidamente empañado por un gol en el tiempo de descuento que dejó atónitos a los futbolistas y a la afición. Esta sorpresa en el marcador no solo afectó el ánimo del equipo, sino que también tuvo consecuencias en el banquillo, donde la frustración llevó a la expulsión del entrenador, dejando a los rojiblancos en una situación complicada tanto en el juego como en la estrategia a futuro.
El ambiente en el estadio cambió drásticamente con el desenlace del partido. Los hinchas, que hasta hace unos minutos celebraban el empate, quedaron en silencio al presenciar el golpe del gol adversario. La tensión se hizo palpable no solo en las gradas, sino también en el cuerpo técnico y el equipo, que deberán lidiar con las repercusiones de una derrota tan amarga. La expulsión del entrenador, quien mostró su frustración de forma vehemente, añade un desafío adicional al equipo, que ahora deberá reorganizarse rápidamente para abordar los próximos encuentros sin su líder en el banquillo.
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