En un dramático desenlace, el Atlético de Madrid quedó eliminado del primer Mundial de Clubes tras no poder cumplir con la necesidad de marcar tres goles contra Botafogo. Aunque los dirigidos por Diego Simeone mostraron determinación y esfuerzo, la diferencia de goles resultante de la derrota ante el PSG en el partido previo fue decisiva. El entrenador argentino, conocido por sus gestos de aliento, consoló a sus jugadores en el campo, destacando el orgullo por la entrega y lamentando las oportunidades no concretadas. Simeone subrayó la dificultad del grupo, igualado en puntos con los campeones de la Champions y la Libertadores, lo que amplifica la frustración por la eliminación.
El técnico argentino también reflexionó sobre el desgaste que los equipos europeos enfrentan al final de su temporada, en comparación con los sudamericanos que compiten en plena forma. No obstante, no utilizó esto como excusa y se mostró autocrítico respecto a la gestión de los últimos minutos del juego contra el PSG. Sobre el futuro del equipo, expresó el deseo de mejorar para alcanzar los objetivos y mencionó la posible salida de Ángel Correa al fútbol mexicano, elogiando su contribución al club. Jan Oblak, portero del Atlético, cerró con un tono de decepción, reconociendo que no haber concretado en el primer tiempo pudo haber cambiado el destino del equipo en el torneo.
Leer noticia completa en El Pais.