Los vinos ligeros y frescos están ganando cada vez más popularidad entre los nuevos consumidores que valoran el equilibrio y la naturalidad. Estos caldos, alejados de las opciones más robustas y complejas, se presentan como una tendencia creciente, especialmente con la llegada del otoño. Su característico perfil, que incluye sabores suaves y refrescantes, resulta atractivo para aquellos que buscan una experiencia más sencilla y auténtica en el paladar.
Este auge se refleja en la reciente selección de vinos recomendados para la temporada otoñal, donde se destacan etiquetas que priorizan estos atributos. La preferencia por estos vinos se alinea con un cambio en los gustos del consumidor, quienes ahora valoran propuestas que armonizan con un estilo de vida más relajado y natural. Así, el sector vitivinícola responde a esta demanda con una oferta renovada que se ajusta a las exigencias de un mercado dinámico y en evolución.
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