El escándalo que ha sacudido a Íñigo Errejón ha puesto en vilo a Más Madrid y Sumar, las agrupaciones en las que militaba hasta su reciente dimisión. El jueves, Errejón dejó su cargo tras ser acusado de acoso sexual, y el viernes la controversia se intensificó con la renuncia de la diputada Loreto Arenillas, quien fue señalada por supuestamente mediar con una víctima para evitar denuncias formales contra Errejón. Más Madrid emitió un comunicado en el que anunciaban el cese de Arenillas por no cumplir con las expectativas de la organización al no facilitar los mecanismos de denuncia adecuados a las víctimas involucradas. En el texto, el partido reconoce que se gestionó la situación de manera insuficiente y que faltó contundencia a la hora de actuar sobre las acusaciones.
Loreto Arenillas, por su parte, ofreció una contundente respuesta negando las acusaciones de encubrimiento y alegando ser víctima de una campaña de desinformación. Arenillas explicó que, aunque en el momento del incidente no ocupaba el cargo de jefa de gabinete de Errejón, informó al partido sobre un supuesto acto de acoso por parte de este, información que no fue elevada a instancias superiores. En su comunicado, Arenillas manifestó su sensación de ser utilizada como un «chivo expiatorio» y anunció su salida tanto del cargo como del partido, argumentando que con ello busca seguir combatiendo los abusos de los que también se siente víctima. La situación ha generado un terremoto político en el seno de Más Madrid y plantea importantes retos para ambos partidos en cuanto a la gestión interna de situaciones de esta índole.
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