El sector siderúrgico español enfrenta un problema serio de absentismo laboral, con casi 2.000 trabajadores faltando a sus puestos cada día, lo cual equivale a llenar 35 autobuses diarios. Según datos de la Unión de Empresas Siderúrgicas (Unesid), el 83% de estas ausencias no están ligadas al trabajo, lo que ha resultado en casi cinco millones de horas perdidas en 2023. Andrés Barceló, director general de Unesid, denuncia este fenómeno como un problema silenciado tanto por la administración pública como por los sindicatos, y subraya la necesidad de regular esta situación para proteger la productividad de un sector que emplea a unas 60.000 personas y factura casi 15.000 millones de euros anualmente.
Otro frente de preocupación para Unesid es el fraude en las importaciones de tubos de acero, especialmente aquellos destinados a instalaciones de energía fotovoltaica. Un informe de Andersen Tax & Legal revela que algunos importadores declaran incorrectamente estos tubos como componentes de estructuras solares, evadiendo así hasta un 25% en aranceles. Esta práctica, que desde principios de año ha supuesto importaciones valoradas en unos 26 millones de euros, perjudica gravemente a los fabricantes nacionales y reduce los ingresos del Estado. Además, Barceló señala el sobrecoste energético que ha afectado a la industria desde la invasión de Ucrania por Rusia en 2021, y reclama contratos a largo plazo y múltiples suministradores para aliviar la carga financiera sobre las empresas electrointensivas.
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