El curso político en México inicia con dinámicas intensas en los tres poderes del Estado. La presidenta Claudia Sheinbaum enfrenta desafíos significativos, comenzando con una ambiciosa reforma electoral que busca modificar el funcionamiento de las cámaras legislativas y el financiamiento de partidos. La integración reciente de un poder judicial renovado, resultado de elecciones en las que Morena tuvo un papel decisivo, añade presión a su mandato. Al mismo tiempo, el ambiente político se calienta tras altercados en el Senado, destacando la tensión entre líderes del PRI y Morena. La presidenta Sheinbaum y sus colaboradores estratégicos, Ricardo Monreal y Adán Augusto López, deberán navegar este entorno complejo mientras enfrentan la oposición y las luchas internas en Morena.
En el ámbito internacional, la relación con Estados Unidos añade otra capa de complejidad, especialmente con la influencia continua del expresidente Donald Trump. Al interior, el reto del narcotráfico persiste, con recientes declaraciones y acuerdos de Ismael «El Mayo» Zambada generando preocupación. Aunque Sheinbaum ha logrado reducir los homicidios en un 25%, la violencia de género sigue siendo alarmante, con cifras impactantes de feminicidios y violaciones. Activistas como Patricia Olamendi critican la falta de acción gubernamental, especialmente en cuestiones de seguridad para mujeres. A pesar de los avances en paridad de género, se esperan mejoras significativas en la política de igualdad y eliminación de la violencia, un tema crucial en el mandato de la primera mujer presidenta de México.
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