Shakira y Gerard Piqué, a dos años de su divorcio, siguen siendo noticia debido a problemas relacionados con su lujosa mansión en Barcelona, que no han conseguido vender por 15 millones de euros. La polémica creció cuando Shakira pidió al personal de limpieza cambiar todas las sábanas y utensilios tras las visitas de Piqué y su novia Clara Chía a la vivienda compartida. La casa, que ocupa 3.800 metros cuadrados y fue construida en 2012, sigue sin encontrar comprador pese a sus impresionantes características y exclusivas instalaciones.
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