El regreso de Shakira a México ha sido un evento monumental, superando las expectativas generadas tras un accidentado inicio de gira en América Latina. Después de enfrentar contratiempos técnicos en Santiago de Chile y Medellín, así como problemas de salud que le llevaron a reprogramar su concierto en Lima, la estrella colombiana ha encontrado en el público mexicano el impulso necesario para retomar su gira con éxito. Sus presentaciones en Monterrey y Guadalajara prepararon el terreno para una serie de conciertos en el Estadio GNP de Ciudad de México, donde hizo historia al convertirse en la primera artista en ofrecer siete presentaciones consecutivas, alcanzando a más de 645,000 personas. Este fenómeno plantea la idea de que la vigencia de Shakira se mantiene intacta, impulsada en parte por el interés de más de 2.5 millones de personas que intentaron adquirir boletos a través de Ticketmaster.
La variedad generacional y estilística del público que asiste a sus conciertos habla de la capacidad de Shakira para trascender las modas y conectar con diferentes audiencias. Su reinvención artística, que abarca desde incursiones en el reguetón hasta colaboraciones con figuras destacadas del momento como Bizarrap y Fuerza Regida, ha logrado atraer a una audiencia joven sin alienar a sus seguidores más antiguos. Ante la demanda y el cariño del público mexicano, la artista ha ampliado su gira para incluir nuevas fechas en Puebla, Querétaro, Guadalajara y nuevamente Ciudad de México, llegando a un total de 20 conciertos en el país. Estos eventos consolidan su histórica relación con México, un país que Shakira ha llamado su «segunda casa» desde su debut en 1996 con la gira Pies Descalzos. Durante sus actuaciones, la colombiana no solo entrega su música, sino también un mensaje de sororidad y resiliencia, reflejando el profundo vínculo emocional que mantiene con sus fans mexicanos.
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