En un mundo donde las rutinas diarias a menudo nos arrastran en una vorágine de obligaciones, la clínica dental Sermade emerge como un refugio de humanidad y dedicación. Especializada en la salud bucodental para personas mayores y dependientes, esta institución se ha ganado el afecto y respeto de sus pacientes y sus familias gracias a su enfoque compasivo y profesional.
La doctora Elena Aragonés, una de las profesionales al frente de Sermade, refleja la esencia de esta clínica. «Somos una sociedad que vive a diario dormida en una rutina que arrasa, que nos hace correr perdidos por la ciudad, pero con ellos todo se para. Cada abrazo de Pilar, la alegría de Antonio, las canciones flamencas de Agus… hacen que se aprenda a vivir despierta y que esta profesión tenga sentido», expresa Aragonés emocionada.
El equipo de Sermade, que celebró su décimo aniversario el pasado 29 de abril, ha dedicado estos años a superar las barreras que dificultan el acceso a cuidados dentales adecuados para los mayores y dependientes. Las dificultades de movilidad, las enfermedades crónicas y otras condiciones suelen impedir que estas personas puedan acceder a los servicios tradicionales de salud bucodental.
Para la doctora Laura Dmytrejchuk, lo más gratificante de su trabajo en Sermade es poder brindar atención bucal a personas que más lo necesitan y que, de otro modo, no recibirían el cuidado adecuado. «Contribuir a mejorar su calidad de vida me hace muy feliz», afirma.
Shania Snelling, otra de las doctoras de la clínica, comparte una conexión especial con sus pacientes debido a la cercanía y amor que tiene por sus propios abuelos. «Aprecio mucho el cariño y respeto que se merecen las personas mayores», señala Snelling, subrayando la importancia de una atención respetuosa y cálida.
Georgiana Varna, auxiliar en Sermade, añade: «Cada paciente tiene su historia. Hay que valorar mucho la vida y sentir la felicidad por tener salud». Estas palabras reflejan la filosofía del equipo, que siempre está dispuesto a aprender y a enseñar a vivir el momento.
Sermade ha innovado con sus clínicas dentales móviles, diseñadas para llevar la atención odontológica a quienes más lo necesitan. Francisco Martínez, auxiliar de la clínica, recuerda una escena conmovedora: un residente con Alzheimer, al ver a su esposa y su hija, corre hacia ellas para abrazarlas y besarlas, creando un momento imborrable.
El doctor Alessandro Catucci subraya la importancia de mantenerse activo y atento en todo momento. «Los pacientes se sienten más seguros y con confianza. A veces parecemos los ‘ángeles azules'», dice con una sonrisa.
La comunicación efectiva es otro pilar de Sermade. Gabriela Auciello, del departamento de administración y atención al paciente, comenta: «La coordinación entre familiares y pacientes y el agradecimiento que se recibe es reconfortante».
La historia de Sermade, en sus diez años de existencia, es una prueba viviente de que, con un enfoque comprometido y compasivo, es posible superar los desafíos que impiden el acceso a la atención dental adecuada. «Formar parte de un proyecto innovador es lo que más me gusta. Lo más bonito es ver a mis compañeros haciendo una labor social ayudando a personas mayores y otras más desfavorecidas», concluye Mónica Millán, contable de Sermade.
En un entorno que parece estar siempre en movimiento, Sermade se detiene para ofrecer el cuidado y la atención que cada paciente merece, enseñándonos a todo a vivir más despiertos y conscientes.
