Este miércoles, 11 de diciembre, se estrenó en Netflix la esperada adaptación de «Cien años de soledad», la emblemática obra del premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez. La serie ha generado opiniones dispares, y no ha logrado convencer a todos, especialmente al crítico de EL PAÍS, Sergio del Molino, quien expresa un juicio severo sobre la producción. Del Molino describe la serie como un producto industrial y previsible, más enfocado en las estrategias de marketing que en capturar la esencia del mítico Macondo. El crítico subraya que el uso de la narración en voz en off, que recita pasajes literales de la obra, destaca las grandes diferencias entre la literatura y el cine, y critica la preocupación excesiva por la estética visual que, a su juicio, es más cercana a la de un anuncio que a la de un drama profundo.
Adicionalmente, la adaptación ha suscitado decepción en Aracataca, el pueblo natal de García Márquez, al realizarse la filmación en Alvarado, Tolima, a cientos de kilómetros más al sur. Rodrigo García, hijo del autor, señala que la producción cumplió con las tres condiciones que su padre dejó para una adaptación audiovisual: que se realizara en muchas horas, en español y en Colombia. No obstante, las críticas de Del Molino abordan también el desempeño actoral, aduciendo una falta de entusiasmo que roza la parodia, lo que refuerza su percepción de que la serie no ha logrado estar a la altura de la obra maestra de García Márquez.
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