En el contexto político de los estados tradicionalmente demócratas del «Muro Azul», como Pensilvania, Wisconsin y Michigan, se vive una dinámica inusual en la antesala de las próximas elecciones del 5 de noviembre en Estados Unidos. Senadores demócratas de estos estados, que se han convertido en «swing states» debido al impacto de Donald Trump, intentan mantener sus escaños en la Cámara Alta tomando distancia de la vicepresidenta Kamala Harris. Los políticos como Bob Casey Jr., Tammy Baldwin y Elissa Slotkin, conscientes de la necesidad de atraer a votantes de Trump, han adoptado posturas más independientes y, en algunos casos, apoyan políticas económicas del ex presidente republicano. Esto refleja un alejamiento de las directrices del gobierno demócrata, simbolizado por su reticencia a criticar abiertamente a Trump y su administración.
A medida que se acercan las elecciones, las encuestas indican una ventaja para Trump en los estados bisagra, lo que podría presagiar una victoria electoral similar a la de 2016, ganando el Colegio Electoral aunque perdiendo el voto popular. El senador por Pensilvania, Bob Casey, ha apoyado políticas arancelarias de Trump y se ha mostrado a favor del fracking, mientras que la senadora de Wisconsin, Tammy Baldwin, ha dirigido sus críticas hacia su oponente republicano, haciendo solo referencias menores a la administración actual de Biden y Harris. Por su parte, Elissa Slotkin, de Michigan, ha hecho discursos resonando con la retórica republicana, preocupada por el impacto negativo de Harris en su campaña local. Estos movimientos reflejan un delicado equilibrio político donde los senadores demócratas buscan mantener su relevancia y apoyo en unas elecciones que prometen ser reñidas.
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