El sector turístico se prepara para una nueva temporada que promete ser histórica, con expectativas de crecimiento moderado alrededor del 2%. Este pronóstico optimista se basa en los altos niveles de ocupación que se esperan en los destinos más populares, impulsados tanto por los viajeros nacionales como internacionales. A pesar de las fluctuaciones económicas globales y las incertidumbres políticas, los expertos del sector confían en que el atractivo sostenido de los destinos y la diversificación de la oferta turística mantendrán el ritmo de crecimiento. Este optimismo se ve reflejado en las reservas anticipadas, que ya muestran un repunte significativo en comparación con años anteriores.
Además de los tradicionales paquetes de sol y playa, las experiencias turísticas personalizadas están ganando terreno, evidenciando un cambio en las preferencias de los viajeros, que buscan vivencias más auténticas y memorables. Las empresas del sector están respondiendo a esta tendencia adaptando sus ofertas para incluir actividades culturales, gastronómicas y de aventura que complementen la estancia de los turistas. Con una infraestructura preparada para recibir a un alto número de visitantes, el sector se muestra confiado en alcanzar e incluso superar las expectativas de ocupación, consolidando así su posición como uno de los pilares fundamentales de la economía nacional.
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