La moda en la decoración del hogar evoluciona constantemente, y las cortinas, un elemento esencial en cualquier espacio, no son la excepción. Según expertos en diseño de interiores, algunos estilos de cortinas han quedado obsoletos en la estética moderna. A continuación, se destacan seis tipos que han perdido vigencia.
En primer lugar, las cortinas de terciopelo pesado ya no son bienvenidas en los hogares actuales. Aunque simbolizaron lujo en el pasado, la tendencia actual favorece tejidos ligeros y transpirables que infunden frescura a los espacios. Las cortinas de lino o algodón se presentan como alternativas preferibles para ofrecer un ambiente acogedor sin la pesadez del terciopelo.
Las cortinas de globo, conocidas por su volumen abullonado, también han caído en desuso. Los diseños minimalistas y lineales han tomado protagonismo, favoreciendo estructuras que enmarcan ventanas sin añadir volumen innecesario al entorno.
Asimismo, los estampados florales excesivamente llamativos han sido relegados por patrones más sutiles. Optar por cortinas en tonos neutros o con estampados delicados permite una mayor versatilidad estética y armoniza mejor con la decoración del hogar.
El uso de colores oscuros en las cortinas ya no es popular, ya que estos tienden a reducir visualmente el espacio, generando una atmósfera opresiva. Los expertos recomiendan tonos claros y pastel, que reflejan la luz y aportan una sensación de amplitud y calma.
Las cortinas de PVC, otrora valoradas por su practicidad, están siendo desplazadas por su falta de elegancia. Los diseñadores sugieren tejidos resistentes a las manchas que no sacrifiquen estética por funcionalidad, alineándose mejor con los hogares contemporáneos.
Finalmente, las cortinas con anillas de gran tamaño son vistas como un desacierto. Aunque inicialmente promovieron un estilo moderno y casual, los expertos abogan por sistemas de sujeción más discretos, que encajen con el enfoque minimalista actual.
Estas recomendaciones subrayan que al elegir cortinas no solo se debe considerar la funcionalidad, sino también la armonización con el estilo del hogar. A medida que la decoración avanza, adaptarse a nuevas tendencias permite escapar de estéticas consideradas caducas.