La pensión de viudedad constituye un apoyo financiero crucial para quienes han perdido a su cónyuge o pareja de hecho, pero mantiene una serie de requisitos y condiciones que pueden influir en su continuidad. Según las directrices de la Seguridad Social, esta prestación no es inamovible y puede extinguirse ante ciertas circunstancias específicas. Entre los factores que podrían causar la pérdida se incluyen contraer un nuevo matrimonio o establecer una nueva pareja de hecho, a menos que se cumplan ciertas excepciones, como tener más de 61 años o depender económicamente de la pensión. Además, factores como ser declarado culpable en la muerte del causante de la pensión o el fallecimiento del beneficiario también llevan a la extinción del derecho a percibirla.
Por otro lado, cambios en la situación económica y personal del beneficiario pueden afectar la cuantía de la pensión de viudedad. Exceder ciertos límites de ingresos, cambios en las cargas familiares, o residir en el extranjero pueden reducir el monto recibido o eliminar complementos adicionales. La Seguridad Social subraya la importancia de que los beneficiarios informen sobre cualquier cambio relevante en su situación, ya que el incumplimiento podría resultar en la suspensión de la prestación o en la devolución de cantidades indebidas. Por ello, es esencial que quienes reciben esta pensión estén informados y cumplan con las obligaciones para evitar la pérdida de este ingreso esencial.
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