La ciudad de Sevilla se enfrenta a un caos circulatorio sin precedentes debido a los cortes y desvíos de tráfico implementados por la celebración de la IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo. Los ciudadanos, atrapados en largas filas de coches, expresan frustración mientras el tráfico se detiene prácticamente en las arterias principales, como la avenida Ronda de Capuchinos. La situación se ha intensificado desde las primeras horas del día, con pitidos constantes y peatones intentando sortear los atascos. A lo largo del fin de semana, la ciudad había experimentado cortes similares para facilitar la llegada de los líderes internacionales a una recepción oficial en el Real Alcázar, ofrecida por Felipe VI. Durante ese tiempo, Sevilla se convirtió en una ciudad casi fantasma, con calles vacías y escasos turistas.
El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, había alertado sobre el impacto en la movilidad urbana y sugirió el teletrabajo a quienes pudieran optar por él. Se esperaba que la mayor preocupación se concentrara en el barrio de Sevilla Este, cercano al Palacio de Congresos donde se celebra la cumbre, con planes de cierre de avenidas desde las 6 de la mañana hasta las 19:30 horas. Sin embargo, el desorden se ha extendido por toda la ciudad, afectando a miles de residentes y provocando una jornada compleja para quienes deben desplazarse para cumplir con sus labores diarias. La tensión en las calles refleja la magnitud del evento y las dificultades logísticas que conlleva la organización de una cumbre de tal envergadura en el corazón de una ciudad tan emblemática.
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