En Buenos Aires, el peronismo se ha movilizado masivamente hacia la Plaza de Mayo en apoyo a Cristina Kirchner, quien se encuentra cumpliendo una condena de seis años por corrupción en su domicilio. La manifestación, convocada inicialmente para acompañar a Kirchner hasta los tribunales, debió reajustarse luego de que la notificación de su sentencia se adelantara y se realizara en su hogar. Desde temprano, se observan cortes de avenidas y una gran afluencia de autobuses provenientes del extrarradio de la capital, especialmente desde los bastiones electorales del sur de Buenos Aires, donde el peronismo tiene una sólida base de apoyo.
La marcha, que se desarrolló en un lugar simbólico para el movimiento, contó con la participación de gobernadores, dirigentes, movimientos sociales, sindicatos y partidos de izquierda, a pesar de las divisiones internas evidenciadas por la reticencia de la Confederación General del Trabajo (CGT). En paralelo, una concentración se mantiene frente al domicilio de Kirchner en el barrio de Constitución, donde sus simpatizantes más leales, particularmente vinculados a La Cámpora, realizan una vigilia constante. La condena contra Kirchner, enmarcada en la causa Vialidad por direccionamiento de obras públicas en Santa Cruz, fue confirmada por la Corte Suprema, cerrando cualquier vía de apelación.
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