El reciente fallecimiento de Michu, expareja de José Fernando Ortega, ha desatado una intensa disputa familiar sobre la custodia de su hija Rocío. Tamara, hermana de Michu, ha acudido a diversos programas de televisión para afirmar su derecho a hacerse cargo de la niña, asegurando que Ortega Cano no ha tenido un papel activo en la vida de Rocío. En respuesta a esta situación, la familia de Ortega Cano ha comenzado a trabajar con un equipo legal para determinar cómo asegurar el bienestar de la menor, enfatizando que cualquier decisión será tomada bajo la supervisión de la Fiscalía de menores y un juez.
Mientras tanto, la mejor amiga de Michu ha defendido la postura de la fallecida, alegando que su deseo era que Rocío permaneciera con la familia de su padre y que ni su madre ni su hermana estaban capacitados para asumir esa responsabilidad. Según esta fuente, Michu había expresado claramente su intención de que la pequeña se quedara con la familia paterna, a pesar de las ausencias temporales que pudieron ocurrir. Este conflicto familiar se complica con las declaraciones contradictorias, elevando la tensión social en torno a la custodia de la menor.
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