El equipo turco culminó una destacada actuación al derrotar al Mónaco, liderado por el experimentado Vassilis Spanoulis, y se alzó con la segunda Euroliga de su historia, un triunfo que no lograba desde hace ocho años. El enfrentamiento fue intenso y se definió en detalles donde el conjunto turco supo imponerse gracias a su solidez defensiva y la inspiración de sus jugadores clave. Este triunfo reafirma la posición del equipo en la élite del baloncesto europeo y marca un hito importante en su trayectoria deportiva.
La actuación estelar de Hayes-Davis fue fundamental para el éxito del equipo, llevándose el título de Jugador Más Valioso (MVP) de la final. Además, Guduric se mostró determinante en los momentos cruciales, guiando al equipo hacia la victoria con jugadas decisivas. Esta combinación de talento y despliegue táctico les permitió superar al equipo monegasco, que a pesar de los esfuerzos de Spanoulis, no pudo mantener el ritmo impuesto por sus rivales. La victoria fue celebrada con entusiasmo por los seguidores y marca una nueva era de éxitos para el baloncesto turco.
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