México enfrenta su peor brote de sarampión en las últimas décadas, con más de 2.500 casos confirmados y un total que supera los 5.400 si se incluyen casos probables. La situación es especialmente alarmante en el estado de Chihuahua, donde se concentra el 90% de los casos y ocho de las nueve muertes reportadas. El brote, que se ha expandido a 18 de los 32 estados de la República, ha sido considerado una emergencia nacional por los expertos. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha ofrecido apoyo, incluyendo el entrenamiento del personal de salud. En Chihuahua, se estima que se necesita vacunar a 1,8 millones de personas menores de 40 años con una dosis adicional, un esfuerzo en el que ya se han administrado 287.000 dosis.
Jarbas Barbosa, director de la OPS, ha destacado el esfuerzo de las autoridades mexicanas y el compromiso del gobierno para contener el brote antes de que cumpla un año y evitar que el país pierda su estatus de libre de sarampión. Barbosa señaló que el problema se agrava en comunidades con baja vacunación, como ciertas áreas rurales y religiosas que presentan reticencia hacia las vacunas. Además, se resaltó la importancia de una cobertura de vacunación homogénea del 95% con dos dosis y la coordinación con servicios de salud públicos y privados para identificar rápidamente casos importados. El desafío es mantener una organización eficiente de los servicios de salud para lograr una respuesta efectiva.
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