El Gobierno de José Luis Sanz ha logrado aprobar sus terceras ordenanzas fiscales desde su llegada a la Alcaldía en junio de 2023, destacándose la nueva reducción del 1% del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) y la creación de una tasa para grandes eventos. Esta medida, que contempla un rango de entre 200 y 16,000 euros dependiendo de la magnitud del evento, fue respaldada principalmente por Vox, mientras que la oposición, en especial desde la izquierda, cuestiona la eficacia y el impacto de las reducciones fiscales para las familias trabajadoras. La introducción de la nueva tasa se percibe como un intento de regular los eventos que generan costos al municipio.
Sin embargo, las diferencias políticas se agudizan con la decisión de aplazar el debate sobre la tasa de basura, que debería haber entrado en vigor en abril de este año. La propuesta del Gobierno local no ha logrado el consenso necesario, ya que Vox y otros grupos consideran que carece de ambición, mientras que Podemos-IU ha instado a mantener la cuantía actual para evitar el detrimento de servicios públicos. En este contexto, se han aprobado otras modificaciones, como la inclusión de nuevas calles en la zona azul y la exención de tasas para víctimas de violencia de género, reafirmando el compromiso del Gobierno local de mantener la presión fiscal a la baja.
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