Esta tarde, el histórico Teatro Real de Madrid ha sido el escenario de la clausura del 50º aniversario de Aresbank, una entidad que ha fungido como puente financiero y comercial entre España y las naciones de Medio Oriente y el Norte de África. La ceremonia, cargada de simbolismo y significado, ha sido clausurada por la vicealcaldesa de Madrid, Inma Sanz, quien ha destacando la relevancia de Aresbank en el fortalecimiento de relaciones no solo económicas, sino también culturales y sociales a lo largo de este medio siglo.
Durante su intervención, Sanz ha elogiado el papel de Madrid como una de las «grandes capitales mediterráneas», a pesar de su inusual lejanía del mar, y cómo esta característica ha influido en su modo de vida y en su apertura al comercio. «El Mediterráneo fue la mayor red comercial del mundo», ha comentado, subrayando la importancia del libre comercio y del intercambio económico como fundamentos del progreso y la paz.
En su discurso, Sanz ha enfatizado que Madrid no percibe a las empresas ni a las entidades financieras como antagonistas, sino como socios fundamentales en la construcción de una ciudad y un país próspero, basado en la confianza, el respeto y la honestidad. Esta mentalidad colaborativa, ha afirmado, ha permitido que Madrid esté viviendo uno de sus mejores momentos en la historia reciente.
A la ceremonia han acudido numerosas figuras del mundo financiero y empresarial, reafirmando el interés y el respaldo del sector hacia iniciativas que fomenten la cooperación internacional y el desarrollo económico sostenible. La celebración del aniversario de Aresbank se erige, así, como un testimonio de la duradera conexión entre España y la región del Mediterráneo, y de cómo las relaciones económicas pueden allanar el camino hacia un diálogo cultural enriquecedor y constructivo.