Hace más de dos décadas, Juana Matos y Bernabé Hernández construyeron un refugio natural en Pálpite, Cuba, tras perder su hogar por el ciclón Michelle en 2002. Reubicados en una casa rodeada de mangos y plataneras, Bernabé desarrolló un amor por las aves locales, entre ellas el zunzuncito, el ave más pequeña del mundo. Este interés se intensificó durante el paso del huracán Ian, cuando Bernabé rescató a varios pajaritos afectados. Gracias a la dedicación de Bernabé, las aves no solo encontraron un hogar seguro, sino que también transformaron la residencia en un santuario conocido como «Casa Bernabé». Con el tiempo, la llegada frecuente de colibríes y zunzuncitos convirtió el lugar en un punto de interés turístico en la región.
Este refugio natural se ha convertido en un destino popular para turistas de diversas partes del mundo, motivando un pequeño auge económico en la comunidad local, ya que los visitantes pagan por conocer la casa y sus habitantes alados. Bernabé, quien dejó su empleo en la bodega del mercado para dedicarse a su pasión por las aves, ahora colabora con vecinos que abren pequeños negocios para atender a los turistas. Su alianza con el Ministerio de Ciencia y Medio Ambiente de Cuba y biólogos internacionales refleja un compromiso por la conservación del zunzuncito, una especie en declive según la UICN. Para Bernabé y su esposa Juana, la relación con estas aves ha transformado sus vidas, otorgándoles una nueva vocación y propósito.
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