En respuesta a la creciente demanda por parte de pacientes crónicos que han experimentado interrupciones en sus tratamientos, los profesionales de la región han implementado medidas en los centros de salud para hacer frente a un aumento en los casos de descompensación. Estas acciones incluyen la adaptación de las infraestructuras y la organización del personal, con el objetivo de minimizar el impacto que la falta de medicación prolongada pudiera tener en los pacientes. La situación, descrita por fuentes médicas, se debe en gran parte a interrupciones que algunos pacientes han experimentado, llegando a pasar hasta 48 horas sin acceso a su medicación habitual, lo que agrava su condición clínica.
Esta crisis pone de relieve la importancia de garantizar un suministro constante de medicamentos, especialmente para aquellos que dependen del tratamiento continuo para manejar condiciones crónicas. La respuesta coordinada por parte de los centros de salud busca no solo mitigar los efectos inmediatos de estas interrupciones, sino también establecer protocolos que puedan ser aplicados en situaciones futuras similares. Mientras tanto, se hace un llamado a las autoridades competentes para asegurar que el acceso a medicamentos críticos nunca se vea comprometido y para implementar políticas que protejan a los pacientes en situaciones de emergencia que puedan afectar la distribución normal de fármacos.
Leer noticia completa en El Mundo.