El Ministerio de Sanidad de España, en colaboración con otros ministerios y entidades científicas, lanzará en diciembre un estudio nacional inédito para investigar el impacto de las sustancias químicas en la salud. Este esfuerzo se desarrollará en el marco de la nueva estructura nacional de biomonitorización humana. El objetivo es medir los niveles de contaminantes en miles de voluntarios, utilizando estos datos para diseñar políticas de salud pública fundamentadas en la evidencia científica. Países como Francia y Alemania ya han implementado estructuras similares con éxito, mientras que el estudio estadounidense sobre el plomo en gasolina sirvió como catalizador para su prohibición. El proyecto español incluirá una muestra inicial de 14,000 familias, esperando que aproximadamente 3,000 personas participen. Las muestras de sangre, pelo y orina se analizarán para detectar cerca de 40 sustancias contaminantes a lo largo de 2025.
La Comisión Interministerial de Biomonitorización Humana, coordinada por el Instituto de Salud Carlos III, supervisará el estudio. Argelia Castaño, presidenta de esta entidad, subrayó la importancia de contar con una vigilancia nacional permanente. El Centro Nacional de Epidemiología gestionará las bases de datos, que también incluirán encuestas epidemiológicas detalladas. Los resultados permitirán mapear zonas con elevados niveles de exposición y ayudarán en la formulación de políticas preventivas. Estudios previos han revelado altos niveles de sustancias peligrosas como el mercurio, llevando a recomendaciones como la reducción del consumo de atún por parte de embarazadas. Expertos implicados en el proyecto esperan que esta investigación pionera brinde una imagen precisa sobre la exposición a contaminantes en España, guiando futuras decisiones gubernamentales en la materia.
Leer noticia completa en El Pais.