Pamplona inicia sus festividades de San Fermín con un chupinazo pasado por agua, marcando el tercer año consecutivo de lluvias durante el evento. La ciudad se despertó con calles mojadas, pero el entusiasmo de los asistentes no ha menguado, muchos de los cuales se han protegido en portales y bajo porches. La plaza consistorial, epicentro del evento, se preparada para recibir a una multitud que podría alcanzar 12 personas por metro cuadrado. Este año, el chupinazo es lanzado por los Dantzaris de Pamplona, que celebran su 75 aniversario. A medida que se acerca el mediodía, la ciudad está lista para empezar las celebraciones, recordando a quienes están y a los que ya no.
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