En el Congreso de los Diputados, Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo se enfrentan en una nueva sesión de control que tiene lugar en un momento crítico para el gobierno. El Partido Popular, liderado por Feijóo, planea centrarse en los recientes casos de corrupción que han afectado al Ejecutivo, usando estos escándalos como base para exigir la dimisión del presidente Sánchez y solicitar la convocatoria de elecciones anticipadas. Este intercambio se da en un contexto de tensiones políticas adicionales, marcadas por el controvertido acuerdo entre el Partido Popular y Junts para eliminar el impuesto de generación eléctrica, lo cual podría costar al Estado 1.500 millones de euros. Este acuerdo no solo refleja el debilitamiento de la mayoría de investidura del gobierno, sino que también sugiere un posible acercamiento entre dos partidos de corte conservador.
En paralelo, el viaje del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, junto a los Reyes a Italia ha generado controversia, especialmente a raíz de la notable ausencia de la familia real y del ministro de Cultura en la reapertura de la catedral de Notre Dame en París. Esta dinámica añade una capa más de complejidad al panorama político actual. Mientras tanto, las fuerzas del orden también se encuentran en medio de la agitación política, ya que varias organizaciones sindicales de la Policía Nacional y asociaciones de la Guardia Civil han convocado una protesta frente al Congreso para expresar su descontento con la reforma de la ley mordaza. Este cúmulo de eventos subraya un periodo de alta tensión en el ámbito político y social en España.
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